top of page
portraits-depicting-each-of-the-five-new-saints-to-be-face-out-to-st-peters-square-from-th

Canonización

San John Henry no fue solo un gran intelectual, ni siquiera solo un modelo de vida, es antes que otra cosa un hombre de Dios, un santo. 

portada-san-john-henry-newman.jpg

Newman,
DOCTOR DE LA IGLESIA

Patrono de la Educación Católica

Der Weg zu den Altären

Ya en vida Newman fue considerado por muchos de sus contemporáneos un “gran santo”, en quien resplandecían “los signos más evidentes de la perfección cristiana”. A pesar de haberse visto envuelto durante el transcurso de su vida en una gran cantidad de controversias, la fama de santidad no disminuyó, sino que por el contrario fue aumentando con el tiempo. A su muerte en 1890, muchas personas lo consideraban un verdadero hombre de Dios. La Evangelical Magazine -importante revista protestante- escribía que “entre los santos del calendario pocos que merecían ese título tanto como el Cardenal Newman”.

La posibilidad de dar inicio al proceso de Canonización se planteó varias veces después de la muerte de Newman. Hubo varias circunstancias que complicaron el inicio formal del proceso. Quizá el motivo principal para retrasar el inicio del proceso fue el respeto a la personalidad de John Henry, tan poco amante de la publicidad hacia su propia persona.

En 1941 el P.  Charles Callan, dominico estadounidense, retomó la cuestión de la santidad de Newman, en un artículo publicado en la American Magazine. Este artículo tuvo un eco grande y una respuesta muy positiva.

Cuando se acercaba el año 1945, El Papa Pío XII, un ferviente admirador del Cardenal inglés, insistió en la importancia de celebrar debidamente el Centenario de la Conversión de Newman al catolicismo, lo cual dio mayor impulso a la fama de santidad de la que ya gozaba. En 1952, El Rev. H. F. Davis (después vice-postulador de la causa) publicó también un importante artículo sobre la posible causa de canonización de Newman.

Un primer intento de comenzar formalmente el proceso canónico lo realizó el entonces arzobispo de Birmingham Grimshaw que constituyó un tribunal para el proceso ordinario diocesano; no se llegó a ninguna parte debido la escasez de testigos vivos. Un año más tarde la Causa fue reintroducida mediante la consiguiente constitución de una comisión de expertos para reunir las pruebas de tipo histórico necesarias.  Pablo VI alimentaba la esperanza de poder presidir la Beatificación de Newman en el Año Santo de 1975, cosa que no fue posible. En 1980 una nueva comisión histórica comenzó a reunir las pruebas necesarias para completar el proceso diocesano.

En junio de 1986 se enviaron a la Santa Sede los resultados del trabajo de investigación para que fueran examinadas. El P. Vincent Blehl, S.J., fue nombrado Postulador  y supervisó la redacción de la “Positio” que sería analizada por la Congregación para la Causa de los Santos. Esta parte del proceso se completó con una velocidad inusual, la causa obtuvo un respaldo unánime por parte de los revisores.

En enero de 1991 el Papa Juan Pablo II declaró que John Henry Newman había vivido las virtudes cristianas en grado heroico, a partir de entonces Newman recibió el título de “Venerable”.

Para dar el siguiente paso en el camino hacia los altares, era preciso que se reconozca un milagro atribuido a la intercesión del Venerable John Henry Newman. El 3 de julio de 2009, el Papa Benedicto XVI reconoció que este requisito se cumplía en la curación milagrosa del Diácono Jack Sullivan, ocurrida en 2001 después de haber implorado la intercesión del Cardenal Newman.

El Santo Padre Benedicto XVI, que a excepción de la Beatificación de Juan Pablo II había delegado todas las demás, quiso celebrar personalmente la Beatificación de Newman para rendir de ese modo un homenaje “a quien tanta influencia tuviera en su propia formación y pensamiento”. La ceremonia de Beatificación se llevó a cabo en Rednal, Birmingham, el 19 de septiembre de 2010.

En noviembre de 2018, Mons. Philip Egan, obispo de Portsmouth, dio a conocer que el Vaticano había aprobado el segundo milagro requerido para la canonización del Beato John Henry Newman. Tras haber recibido una copia de la ‘Positio’ de la causa de canonización del Cardenal Newman, el obispo adelantaba que la canonización tendría lugar muy probablemente al año siguiente (2019), una vez que se hubieran cumplido los requisitos canónicos establecidos para tal efecto. La noticia se extendió muy pronto a través del Catholic Herald. 

No fue sino hasta el 13 de febrero de 2019 cuando el Vaticano hizo oficial la aprobación por parte de la Congregación para las causas de los santos del milagro atribuido a la intercesión de Beato John Henry Newman. El p. Ignatius Harrison del Oratorio de Birmingham, postulator de la causa de canonización, dijo al National Register que en la comunidad del Oratorio fundada por Newman en 1848 la noticia de la ya cercana canonización había suscitado una gran alegría.

El milagro consistió en la curación de una mujer embarazada, Melissa Villalobos, que fue sanada milagrosamente en 2013 después de pedir la intercesión del próximo nuevo santo mientras sufría una hemorragia imparable que amenazaba la vida de su pequeña hija en gestación, Gemma, y la de ella misma. La curación fue inmediata, completa y permanente después de haber orado y de haber acudido a la intercesión del beato cardenal Newman. 

Todavía tuvieron que transcurrir varios meses antes de que se diera el siguiente paso, necesario para la canonización. Así informó L’Osservatore Romano la conclusión del proceso: “El día 1 de julio en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, Francisco presidió la celebración de la Tercera Hora y el consistorio público ordinario para la canonización de los beatos: John Henry Newman, cardenal de la Santa Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra; Giuseppina Vannini (en el siglo: Giuditta Adelaide Agata), fundadora de las Hijas de San Camilo; Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas d ella Sagrada Familia; dulce Lopes Pontes (en el siglo: Maria Rita), de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios; Marguerite Bays, Virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís. El Papa decretó que los beatos sean inscritos en el Libro de los Santos el domingo 13 de octubre de 2019” (ORE, Año LI, número 27, 5 de julio de 2019, p. 2).

En una emotiva celebración presidida por al Papa Francisco en la plaza de San Pedro, el nombre de John Henry Newman fue incluido en el número de los santos. 

"San John Henry Newman, padre, educador y amigo de los jóvenes, intercede por nosotros".

Canonización

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO «Tu fe te ha salvado» (Lc 17,19). Es el punto de llegada del evangelio de hoy, que nos muestra el camino de la fe. En este itinerario de fe vemos tres etapas, señaladas por los leprosos curados, que invocan, caminan y agradecen. En primer lugar, invocar. Los leprosos se encontraban en una condición terrible, no sólo por sufrir la enfermedad que, incluso en la actualidad, se combate con mucho esfuerzo, sino por la exclusión social. En tiempos de Jesús eran considerados inmundos y en cuanto tales debían estar aislados, al margen (cf. Lv 13,46). De hecho, vemos que, cuando acuden a Jesús, “se detienen a lo lejos” (cf. Lc 17,12). Pero, aun cuando su situación los deja a un lado, dice el evangelio que invocan a Jesús «a gritos» (v. 13). No se dejan paralizar por las exclusiones de los hombres y gritan a Dios, que no excluye a nadie. Es así como se acortan las distancias, como se vence la soledad: no encerrándose en sí mismos y en las propias aflicciones, no pensando en los juicios de los otros, sino invocando al Señor, porque el Señor escucha el grito del que está solo. Como esos leprosos, también nosotros necesitamos ser curados, todos. Necesitamos ser sanados de la falta de confianza en nosotros mismos, en la vida, en el futuro; de tantos miedos; de los vicios que nos esclavizan; de tantas cerrazones, dependencias y apegos: al juego, al dinero, a la televisión, al teléfono, al juicio de los demás. El Señor libera y cura el corazón, si lo invocamos, si le decimos: “Señor, yo creo que puedes sanarme; cúrame de mis cerrazones, libérame del mal y del miedo, Jesús”. Los leprosos son los primeros, en este evangelio, en invocar el nombre de Jesús. Después lo harán también un ciego y un malhechor en la cruz: gente necesitada invoca el nombre de Jesús, que significa Dios salva. Llaman a Dios por su nombre, de modo directo, espontáneo. Llamar por el nombre es signo de confianza, y al Señor le gusta. La fe crece así, con la invocación confiada, presentando a Jesús lo que somos, con el corazón abierto, sin esconder nuestras miserias. Invoquemos con confianza cada día el nombre de Jesús: Dios salva. Repitámoslo: es rezar, decir “Jesús” es rezar. La oración es la puerta de la fe, la oración es la medicina del corazón. La segunda palabra es caminar. Es la segunda etapa.. En el breve evangelio de hoy aparece una decena de verbos de movimiento. Pero, sobre todo, impacta el hecho de que los leprosos no se curan cuando están delante de Jesús, sino después, al caminar: «Mientras iban de camino, quedaron limpios», dice el Evangelio (v. 14). Se curan al ir a Jerusalén, es decir, cuando afrontan un camino en subida. Somos purificados en el camino de la vida, un camino que a menudo es en subida, porque conduce hacia lo alto. La fe requiere un camino, una salida, hace milagros si salimos de nuestras certezas acomodadas, si dejamos nuestros puertos seguros, nuestros nidos confortables. La fe aumenta con el don y crece con el riesgo. La fe avanza cuando vamos equipados de la confianza en Dios. La fe se abre camino a través de pasos humildes y concretos, como humildes y concretos fueron el camino de los leprosos y el baño en el río Jordán de Naamán (cf. 2 Re 5,14-17). También es así para nosotros: avanzamos en la fe con el amor humilde y concreto, con la paciencia cotidiana, invocando a Jesús y siguiendo hacia adelante. Hay otro aspecto interesante en el camino de los leprosos: avanzan juntos. «Iban» y «quedaron limpios», dice el evangelio (v. 14), siempre en plural: la fe es también caminar juntos, nunca solos. Pero, una vez curados, nueve se van y sólo uno vuelve a agradecer. Entonces Jesús expresa toda su amargura: «Los otros nueve, ¿dónde están?» (v. 17). Casi parece que pide cuenta de los otros nueve al único que regresó. Es verdad, es nuestra tarea —de nosotros que estamos aquí para “celebrar la Eucaristía”, es decir, para agradecer—, es nuestra tarea hacernos cargo del que ha dejado de caminar, de quien ha perdido el rumbo: todos nosotros somos protectores de nuestros hermanos alejados. Somos intercesores para ellos, somos responsables de ellos, estamos llamados a responder y preocuparnos por ellos. ¿Quieres crecer en la fe? Tú, que hoy estás aquí, ¿quieres crecer en la fe? Hazte cargo de un hermano alejado, de una hermana alejada. Invocar, caminar y agradecer: es la última etapa. Sólo al que agradece Jesús le dice: «Tu fe te ha salvado» (v. 19). No sólo está sano, sino también salvado. Esto nos dice que la meta no es la salud, no es el estar bien, sino el encuentro con Jesús. La salvación no es beber un vaso de agua para estar en forma, es ir a la fuente, que es Jesús. Sólo Él libra del mal y sana el corazón, sólo el encuentro con Él salva, hace la vida plena y hermosa. Cuando encontramos a Jesús, el “gracias” nace espontáneo, porque se descubre lo más importante de la vida, que no es recibir una gracia o resolver un problema, sino abrazar al Señor de la vida. Y esto es lo más importante de la vida: abrazar al Señor de la vida. Es hermoso ver que ese hombre sanado, que era un samaritano, expresa la alegría con todo su ser: alaba a Dios a grandes gritos, se postra, agradece (cf. vv. 15-16). El culmen del camino de fe es vivir dando gracias. Podemos preguntarnos: nosotros, que tenemos fe, ¿vivimos la jornada como un peso a soportar o como una alabanza para ofrecer? ¿Permanecemos centrados en nosotros mismos a la espera de pedir la próxima gracia o encontramos nuestra alegría en la acción de gracias? Cuando agradecemos, el Padre se conmueve y derrama sobre nosotros el Espíritu Santo. Agradecer no es cuestión de cortesía, de buenos modales, es cuestión de fe. Un corazón que agradece se mantiene joven. Decir: “Gracias, Señor” al despertarnos, durante el día, antes de irnos a descansar es el antídoto al envejecimiento del corazón, porque el corazón envejece y se malacostumbra. Así también en la familia, entre los esposos: acordarse de decir gracias. Gracias es la palabra más sencilla y beneficiosa. Invocar, caminar, agradecer. Hoy damos gracias al Señor por los nuevos santos, que han caminado en la fe y ahora invocamos como intercesores. Tres son religiosas y nos muestran que la vida consagrada es un camino de amor en las periferias existenciales del mundo. Santa Margarita Bays, en cambio, era una costurera y nos revela qué potente es la oración sencilla, la tolerancia paciente, la entrega silenciosa. A través de estas cosas, el Señor ha hecho revivir en ella, en su humildad, el esplendor de la Pascua. Es la santidad de lo cotidiano, a la que se refiere el santo Cardenal Newman cuando dice: «El cristiano tiene una paz profunda, silenciosa y escondida que el mundo no ve. […] El cristiano es alegre, sencillo, amable, dulce, cortés, sincero, sin pretensiones, […] con tan pocas cosas inusuales o llamativas en su porte que a primera vista fácilmente se diría que es un hombre corriente» (Parochial and Plain Sermons, V,5). Pidamos ser así, “luces amables” en medio de la oscuridad del mundo. Jesús, «quédate con nosotros y así comenzaremos a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás» (Meditations on Christian Doctrine, VII,3). Amén. * 13 de octubre de 2019. Tomada de http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2019/documents/papa-francesco_20191013_omelia-canonizzazione.html

DAS WUNDER DER HEILIGSPRECHUNG Melissas Heilung und Gemmas Geburt

the-canonisation-of-john-henry-newman_48891001138_o
the-canonisation-of-john-henry-newman_48891007793_o
the-canonisation-of-john-henry-newman_48890533518_o
the-canonisation-of-john-henry-newman_48890528338_o
portraits-depicting-each-of-the-five-new-saints-to-be-face-out-to-st-peters-square-from-th
IMG_6541
Diseño sin título
Beatificación

LA BEATIFICACIÓN

DAS HERZ SPRICHT ZUM HERZEN

Es ist richtig und angemessen, heute die Heiligkeit eines Beichtvaters anzuerkennen, eines Sohnes dieser Nation, der nie müde wurde, während seines gesamten dem Priesteramt und insbesondere dem Predigen, Lehren und Schreiben gewidmeten Lebens ein beredtes Zeugnis für den Herrn abzulegen. Er ist würdig, sich in die lange Reihe der Heiligen und Gelehrten dieser Inseln einzureihen. Im seligen John Newman hat diese Tradition feiner Gelehrsamkeit, tiefer menschlicher Weisheit und inniger Liebe zum Herrn große Früchte getragen.

Kardinal Newmans Motto „cor ad cor loquitur“, „Das Herz spricht zum Herzen“, vermittelt uns sein Verständnis des christlichen Lebens als Berufung zur Heiligkeit, erfahren als tiefe Sehnsucht des menschlichen Herzens, in innige Gemeinschaft mit dem Herzen Gottes zu treten. Es erinnert uns daran, dass die Treue zum Gebet uns schrittweise in das Ebenbild Gottes verwandelt … Newman sagt uns, dass unser göttlicher Meister jedem von uns eine besondere Aufgabe zugewiesen hat, einen „konkreten Dienst“, der jedem Einzelnen auf einzigartige Weise anvertraut ist: „Ich habe meinen Auftrag“, schreibt er, „ich bin ein Glied in einer Kette, ein Bindeglied. Er hat mich nicht umsonst erschaffen. Ich werde Gutes tun, ich werde sein Werk tun; ich werde ein Engel des Friedens sein, ein Prediger der Wahrheit an meinem Platz … Wenn ich dies tue, werde ich seine Gebote halten und ihm in meinen Angelegenheiten dienen“ (Meditationen und Andachten, 301–302).

Der konkrete Dienst, zu dem der selige John Henry berufen war, umfasste den enthusiastischen Einsatz seiner Intelligenz und seiner produktiven Schreibkunst für viele der drängendsten Fragen unserer Zeit. Seine Erkenntnisse über die Beziehung zwischen Glaube und Vernunft, über die zentrale Bedeutung der Offenbarungsreligion in der Gesellschaft und über die Notwendigkeit einer gründlichen und umfassenden Bildung waren von großer Bedeutung. Auch heute noch inspirieren und erleuchten sie viele Menschen auf der ganzen Welt. Ich möchte seine Vision von Bildung besonders würdigen, die so viel zur Prägung des Ethos beigetragen hat, das heute die treibende Kraft katholischer Schulen und Hochschulen ist. Er lehnte jeden engstirnigen oder utilitaristischen Ansatz entschieden ab und strebte nach Bildungsbedingungen, die intellektuelle Anstrengung, moralische Disziplin und religiöses Engagement vereinten. Welches bessere Ziel könnte man sich setzen als den berühmten Aufruf des seligen John Henry nach intelligenten und wohlgebildeten Laien? Ich bete, dass durch seine Fürsprache und sein Beispiel alle, die im Bildungsbereich arbeiten, von der klaren Vision, die er uns hinterlassen hat, mit größerer Begeisterung inspiriert werden.

* Auszug aus der Predigt des Heiligen Vaters Benedikt XVI. bei der Seligsprechungszeremonie von Kardinal John Henry Newman. Rednal, Birmingham, 19. September 2010.

Vollständiger Text der Predigt des Heiligen Vaters Benedikt XVI.

Das Wunder der Seligsprechung. Heilung von Diakon Jack Sullivan

beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5013284838_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006617198_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006605490_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006602854_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006603874_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5005999255_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006598156_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5006600262_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5005994915_o
5023592536_1d17461990_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5005982197_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5005988511_o
beatification-of-john-henry-cardinal-newman_5005982931_o
Bild von Xavier Coiffic

Das Zeugnis einer Nonne

Diese Nonne erbat die Fürsprache von Kardinal Newman und erlangte die Gnade der Heilung. Sie selbst erzählt uns Folgendes ...

Mehr lesen
Bild von Simone Savoldi

„Gott hat uns nicht ein Kind geschenkt, er hat uns drei geschenkt.“

Matrimonio que vive en los Estados Unidos que, después de 18 años de casados, tuvieron su primer hijo... 

Bild von Benjamin Fay

Meine Tochter wurde entführt

la hija de una amiga fue secuestrada... le he dado la estampa de Newman, pidieron su ayuda y minutos después la habían localizado...

Mehr lesen
Favores recibidos
20151109Logo1Gray.png
  • Youtube
  • Soundcloud
  • Whatsapp
  • Telegrama

© 2025 Gesellschaft des Heiligen Johannes Henry Newman

bottom of page